En algún punto de la vida, todos nos hemos sentido inseguros con cierta parte de nuestro cuerpo, esto desafortunadamente pasa por las normativas sociales que se han implementado dentro de la sociedad, sin embargo, con el paso del tiempo, los estándares han ido desapareciendo, dándole paso a todos los tipos de cuerpo, causando así que podamos hacer las paces con nosotros mismos y entendiendo que todos somos diferentes y hermosos.

Pero… ¿Cómo podemos hacer las paces con nuestro cuerpo?

Antes que nada, no te conviertas en tu peor enemigx. Normalmente tendemos a pasar horas torturándonos frente al espejo, viendo detalle a detalle cada “defecto” y cuando alguien nos hace un halago respecto a nuestro cuerpo nos sentimos “raros” sin embargo, cuando aceptamos lo que somos y nos hacen un halago o nos vestimos como siempre hemos querido, nos decimos a nosotros mismos “¡Hey nos vemos súper geniales!” y ¡esa debe ser la actitud siempre! Hay que aprender a querer nuestra figura y disfrutarla.

Algo súper importante es que no puedes seguir segmentando tu cuerpo en defectos y virtudes, lados buenos o malos. Debes verlo más bien como un conjunto que tiene cosas más atractivas que otras, pero que unido luce muy ESPECTACULAR. Más importante que la talla que dictan las revistas de moda, es la armonía, y de seguro tus formas son armoniosas y hermosas, por eso aprende a quererlas.

La belleza de hoy no es la misma belleza que hace 500 años, y lo más seguro es que no será la misma que dentro de 100 años más, quizás hoy no te sientes a gusto con tu imagen, pero eso no quiere decir que tu cuerpo no sea HERMOSO, no te dejes llevar por lo que dictan los medios, confía más bien en tu propio potencial y tu atractivo.

¡Deja de compararte con las demás! Cada cuerpo es distinto, todxs tenemos cosas que nos agradan y desagradan e incluso las top models más hermosas tienen inseguridades, así que recuerda que las comparaciones no aportan absolutamente nada.

Todo lo que hagas por tu imagen y figura hazlo por ti, jamás por los demás. Eres tú y nada más que tú la que debe sentirse feliz y hermosa con su cuerpo, no los otros. Créeme en el momento en el que consigas separar tu satisfacción del “deber ser social”, será mucho más fácil querer las formas de tu cuerpo.